sábado, 7 de mayo de 2011

PRODUCTO 9

NARRACION:  UNA HISTORIA DE JAPÓN EN LA EDAD MEDIA

Yoko vivió en un lugar de gran influencia en el mundo, en donde la armonía se mezcla con lo marcial, en donde el orden y la disciplina son el fundamento de la existencia, este lugar es Japón. Su historia llena de emperadores fuertes que defendieron su cultura y arte ante las sangrientas invasiones, protegidos por hombres valerosos que daban su vida por defender a su líder, los samurái, personajes rudos pero con la habilidad de mezclar la belleza de las flores de durazno con el heroísmo de  vivir la vida.

En la tierra del sol naciente, Yoko fue testigo del engrandecimiento de la cultura de su pueblo durante el Shogunato de Kamakura, el hijo de un influyente samurái fue obligado por herencia militar a vivir una vida de disciplina poniendo a su cuerpo en el límite de sus capacidades. Sin embargo este joven nació con una discapacidad visual algo que solo los dioses sabrán si esto era un castigo o una bendición para su familia guerrera.

La familia desde pequeño notó su amor por su nación y la determinación de vencer los obstáculos, vieron como se aferró a su religión budista practicando los principios que la misma exige, pero  a pesar de su discapacidad visual fue entrenado en las prácticas marciales. Con gran disciplina forjo el amor a la espada y la uso como una extensión de su cuerpo.

En una de las batallas por defender su imperio de la invasión de los mongoles, con la fuerzas debilitadas y espíritu quebrantado de su ejército, como un gran maestro de la espada tan rápido y certero, logro mantenerse firme y vencer sus miedos a la vista de sus oponentes, porque mientras los enemigos  avanzaba con su flota organizada equipada con las mejores armas del tiempo, el invocaba el valor de sus ancestros. La batalla comenzó y los primeros mongoles  tocaron con sus pies la costa insegura y quebrantada que parecía mas a favor de los enemigos que de los propios samuráis, pero en su interior sintió la fuerza de sus dioses quienes a través del viento le susurraron valor. Como un suspiro vieron como delante de sus ojos un fuerte viento que los ayudo a vencer a sus enemigos. Un fuerte tifón disipó la flota enemiga.

Este hecho consolido a su nación y logró un fuerte legado a los suyos, así Yoko después de haber librado un sinfín de batallas como todo samurái retiro la espada para heredarla y que perdurara como símbolo de su país.

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